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La doctrina de Cristo como “salud de la república” y los cristianos como “ciudadanos de otra ciudad” según san Agustín

Comienzo de un códice del s. XII que contiene las Cartas de San Agustín. La Epistula ad Marcellinum nº 138 ocupa los folios 9v-13r (París, BNF, ms. Latin 1930, fol. 3r).

Agustín de Hipona (ep. 396-430), en una carta dirigida a Marcelino, presidente de la colación de Cartago, en torno al año 411, argumenta en favor del cristianismo, tratando de mostrar que la doctrina Christi, lejos de ser enemiga de la res publica —como decían los paganos—, constituye su mejor aliado, ya que hace a los hombres mejores. En uno de sus pasajes más expresivos, dice:

«Por tanto, los que dicen que la doctrina de Cristo es contraria a la república ¡dennos un ejército tal de soldados tales cuales los exige la doctrina de Cristo! ¡Dennos gobernantes, maridos, cónyuges, padres, hijos, señores, siervos, reyes, jueces, contribuyentes y exactores del fisco tales cuales los quiere la doctrina cristiana, y atrévanse entonces a decir que es enemiga de la república! ¡Es más, no duden en reconocer que si se la obedeciera, sería de gran salud para la república! […] En este lodazal de pésimas costumbres y de una antigua disciplina ya perdida, hubo de acudir a nuestro socorro la autoridad celeste para persuadirnos la pobreza voluntaria, la continencia, la benevolencia, la justicia, la concordia, la verdadera piedad y el resto de luminosas y vigorosas virtudes vitales, y esto no sólo con el fin de llevar esta vida con suma honestidad, ni tampoco solo para lograr la concordia social de la ciudad terrena, sino también para alcanzar la salvación eterna y la res publica celeste y divina de la que nos hacen ciudadanos la fe, la esperanza y la caridad, de modo que, mientras peregrinemos lejos de ella, soportemos —si no podemos corregirlos— a aquellos que quieren mantener en pie sobre la impunidad de los vicios una res publica que los primeros romanos fundaron y aumentaron sobre las virtudes. […] Mostró así Dios, en el opulentísimo e ilustre Imperio Romano, cuánto valían las virtudes civiles sin la uera religio, para que se entendiese que, si esta se une a aquéllas, se generan hombres ciudadanos de otra ciudad cuyo rey es la verdad, cuya ley es la caridad y cuya norma es la eternidad» (Augustinus Hipponensis, Epistulae, 138, 15.17).

Traducción propia a partir de la edición de K. Daur, 2004-2009 (CCSL 31B): «Proinde, qui doctrinam Christi aduersam dicunt esse rei publicae, dent exercitum talem, quales doctrina Christi esse milites iussit; dent tales prouinciales, tales maritos, tales coniuges, tales parentes, tales filios, tales dominos, tales seruos, tales reges, tales iudices, tales denique debitorum ipsius fisci redditores et exactores, quales esse praecepit doctrina christiana, et audeant eam dicere aduersam esse rei publicae, immo uero dubitent confiteri magnam, si ei obtemperetur, salutem esse rei publicae. […] [17] […] In ista enim colluuie morum pessimorum et ueteris perditae disciplinae maxime uenire ac subuenire debuit caelestis auctoritas, qua uoluntariam paupertatem, quae continentiam, beneuolentiam, iustitiam atque concordiam ueramque pietatem persuaderet ceterasque uitae luminosas ualidasque uirtutes non tantum propter istam uitam honestissime gerendam nec tantum propter ciuitatis terrenae concordissimam societatem uerum etiam propter adipiscendam sempiternam salutem et sempiterni cuiusdam populi caelestem diuinamque rem publicam, cui nos ciues asciscit fides, spes, caritas, ut, quamdiu inde peregrinamur, feramus eos, si corrigere non ualemus, qui uitiis impunitis uolunt stare rem publicam, quam primi Romani constituerunt auxeruntque uirtutibus […]. Deus enim sic ostendit in opulentissimo et praeclaro imperio Romanorum, quantum ualerent ciuiles etiam sine uera religione uirtutes, ut intellegeretur hac addita fieri homines ciues alterius ciuitatis, cuius rex ueritas, cuius lex caritas, cuius modus aeternitas» (Augustinus Hipponensis, Epistulae, 138, 15.17).


OpenEdition le sugiere que cite este post de la siguiente manera:
Ignacio Cabello Llano (26 de octubre de 2021). La doctrina de Cristo como “salud de la república” y los cristianos como “ciudadanos de otra ciudad” según san Agustín. Fontes Medii Aevi. Recuperado 7 de febrero de 2025 de https://doi.org/10.58079/osoz


Ignacio Cabello Llano

Ignacio Cabello Llano (1996), Graduado en Historia (UAM, 2018) y Máster en Ciencias de las Religiones (UCM, 2019), actualmente es investigador FPU en el Área de Historia Medieval de la UAM, donde realiza su tesis doctoral acerca de la experiencia del sufrimiento y el problema del mal en la cosmovisión, la vida y la reflexión religiosa medieval peninsular, bajo la dirección del Dr. Carlos de Ayala. Sus intereses giran en torno a la Historia medieval; la Historia del pensamiento y las ideas; la Historia cultural y de las mentalidades; la Historia y la Filosofía de las religiones; el Pensamiento, la cultura y la cosmovisión medieval: teología, política, filosofía, religiosidad y liturgia, y las Relaciones y encuentros entre cristianismo e islam en la Edad Media. «Si fuera anticuario sólo tendría ojos para las cosas antiguas, pero soy historiador, por eso amo la vida» (Henri Pirenne). Página personal. Ver todas las fuentes publicadas por Ignacio.

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