La sublevación nobiliaria contra Enrique IV de Castilla (1465)

Antonio Pérez Rubio: La farsa de Ávila. Hacia 1881. Óleo sobre lienzo, 60 x 112 cm. Museo Nacional del Prado, nº cat. P007406

Cómo el rey don Enrrique cayó de su estado y fue depuesto en Ábila y de cómo fue alçado por rey don Alonso su hermano. Este rey don Enrrique, de que hallamos que en el prinçipio de su reynado tan poderoso y tan magnífico se mostró, fue vuelto toda potençia en ynpotençia porque cayó de su estado de tal manera que ansí como antes hera honrado como grandíssimo y poderoso rey, después hera tratado como si un pobre caballero fuese, por que de grandes viçios hera tan ynfamado que ninguno a sus mandamientos obedesçía. Y en este tiempo tubo algunos cavalleros a su persona muy allegados, mas otros grandes del reyno, viendo que ynhútilmente governara, se juntaron en la ciudad de Ávila y le depusieron de la corona, çetro y vestiduras reales con casos más enormes que jamás fue visto. Y desto hazían a Fernando (sic.) y diciendo públicamente que este susodicho rey avía detestables y ynominiosos crímines aver cometido.

Y luego fue alçado por rey el ynfante don Alonso, su hermano, el qual, aunque hera de poca hedad, hera de muy señalada virtud. Los caballeros que con el rey don Enrique estaban le aconsejaron que moviese guerra contra su hermano, el rey don Alfonso, el qual rey don Alfonso murió a los quatro años después que por rey fue alçado. Fallesçió en un lugar llamado Cardeñosa, que es cerca de la ciudad de Ávila. Después de la muerte del qual quedó el rey don Enrrique en el reyno sin contradiçión alguna. Y como le fallesçiese ánimo para gobernar y le creciesen viçios y flaquezas, hera menospreçiado de sus súbditos. Los cavalleros del reyno començaron a desipar muchas cosas de la corona. En ninguna reputación hera tenido en tanto que ninguna cosa ede lo que a sus rentas pertenesçía se le pagava de sus reynos, mas antes algunos caballeros con tiranías del reyno robaban lo que podrían.

Nieto Soria, José Manuel: De Enrique IV al emperador Carlos. Crónica anónima castellana de 1454 a 1536, Madrid: Sílex Ediciones, 2015, cap. IX, pp. 119-120.